piel

El verano es el momento ideal para echar mano a antioxidantes como el beta-caroteno, las vitaminas E y C, el selenio, el cinc y los polifenoles. La mayoría de estos nutrientes antioxidantes se encuentran en las frutas y hortalizas. ¡Al comer las cinco raciones recomendadas al día, mejorarás tu salud pero también tu belleza! ¡Son esenciales tanto en invierno como en verano!
• El beta-caroteno
Es el pigmento anaranjado que da ese color característico a las zanahorias. Si lo consumes diariamente, restablecerá el color de tu piel. En el organismo, se transforma en vitamina A, que contribuye a la hidratación de la piel y activa la renovación de las células de la dermis. A parte la zanahoria, otros alimentos ricos en beta-caroteno son el albaricoque, fresco o seco, el melón, el mango o el melocotón amarillo. La actividad antioxidante del beta-caroteno está presente también en otros pigmentos carotenoides contenidos en las espinacas, el hinojo, la col verde, así como en el licopeno del tomate.
• La vitamina E
Contribuye a la flexibilidad de la piel, protegiendo los lípidos (grasas) presentes en la capa superficial de la epidermis de la oxidación. La encontrarás en las frutas y hortalizas, especialmente, en el kiwi, el mango, el aguacate, el hinojo, los guisantes, las espinacas, los aceites y las margarinas, así como en las almendras y las avellanas (30 g de almendras representan un 60% de la cantidad diaria recomendada para un adulto).
• La vitamina C
Es un antioxidante pero también contribuye a la síntesis, en la dermis, del colágeno, una proteína esencial que proporciona elasticidad a la piel. Se concentra en los cítricos, el kiwi, la grosella, las fresas, las coles, las espinacas, el hinojo y el pimiento. Es una vitamina sensible al calor, así que es mejor que consumas estos alimentos crudos o ligeramente cocidos.
• El selenio y el cinc
Estos oligoelementos son de origen animal: el selenio se encuentra en el pescado y en los mariscos y el cinc, en la carne roja y las vísceras. Como complemento, apuesta por los cereales integrales y las legumbres.
• Los polifenoles
Existen cientos de variedades distribuidas en las frutas, las verduras, los tés, los cacaos, los chocolates y los cafés. Entre ellos, las antocianinas, que son los pigmentos rojos de las frambuesas, los arándanos, las moras, las uvas negras y que favorecen la nutrición de la piel reforzando la resistencia de los pequeños capilares sanguíneos que irrigan la dermis.