El síndrome de fatiga crónica se caracteriza por fatiga intensa de más de seis meses de duración, acompañada por otros síntomas relacionados. Puede afectar de manera progresiva al sistema inmunitario, el neurológico, el cardiovascular y el endocrino, y se caracteriza por causar una fatiga severa, febrícula o fiebre, sueño no reparador, intolerancia a la luz, al sonido y a los cambios de temperatura, dolor muscular y en las articulaciones, sensibilidades químicas múltiples, sensibilidad electromagnética y a otros factores ambientales, sensación de estado gripal permanente, faringitis crónica, pérdida sustancial de concentración y memoria, desorientación espacial, intolerancia al estrés emocional y a la actividad física, entre otras manifestaciones.

Son muy frecuentes los inicios súbitos similares a un brote vírico o de gripe “que nunca se cura”. También son frecuentes los inicios tras períodos de alto estrés emocional, laboral o vital, accidentes con traumatismos o intoxicaciones.

Otros sin embargo evolucionan muy lentamente, a lo largo de muchos años, en los que se les suele diagnosticar depresión, ansiedad, insomnio, astenia o estrés hasta que llegan al mismo punto que los que adquirieron la enfermedad súbitamente y comparten toda la sintomatología, características y peculiaridades sin distinción ninguna.

Posibles causas:

Se desconoce la causa exacta del síndrome de fatiga crónica. No obstante, algunas teorías sugieren que puede deberse a:

• Teoria infecciosa: El virus de Epstein-Barr (VEB) o el virus del herpes humano tipo 6 (HHV-6). Sin embargo, no se ha identificado ningún virus específico como la causa.

• Más tarde se propuso un sobrecrecimiento intestinal infeccioso del hongo Candida albicans (candidiasis fruto del estilo de vida estresante, la inadecuada alimentación rica en azúcares e hidratos de carbono de absorción rápida, el exceso de consumo de antibióticos y corticoides, etc).

• Teoría inmunológica: Inflamación en el sistema nervioso, debido a una respuesta defectuosa en el sistema inmunitario.

• Teoría neuroendocrina: En el síndrome de fatiga crónica se han encontrado varias alteraciones tanto del eje hipotálamo-hipófiso-suprarrenal (HHS) y de las hormonas que se producen, como de los mecanismos de regulación del sistema nervioso autónomo. Sin embargo, las alteraciones encontradas no han sido constantes y, en muchas ocasiones, los datos entre un estudio y otro resultan contradictorios.

En la actualidad, se sabe que las distintas partes del sistema nervioso se relacionan por medio de los neurotransmisores cerebrales y que las alteraciones de éstos provocan desequilibrios del funcionamiento de determinadas estructuras y algunas enfermedades bien conocidas. Muchas de las manifestaciones clínicas de pacientes con esta dolencia son similares a las de aquellos con fibromialgia, por lo que se supone que los mecanismos fisiopatológicos probablemente sean similares en ambos procesos.

 

Enfermedades asociadas: El síndrome de fatiga crónica se asocia frecuentemente con otras patologías. Las principales enfermedades asociadasson las psiquiátricas, que afectan a aproximadamente un 28% de la población occidental, como: depresión, ansiedad, alteraciones del ritmo del sueño. 
El 70% de los pacientes con síndrome de fatiga crónica cumplen criterios de fibromialgia y el 30-42%, criterios de sensibilidad química múltiple. También se estima que el 20-70% de los pacientes con fibromialgia cumplen criterios del síndrome de fatiga crónica.

Tratamiento: En la actualidad, no existe un tratamiento curativo para el síndrome de fatiga crónica y el objetivo del mismo es aliviar los síntomas, mantener la capacidad funcional y la calidad de vida. Muchas personas con este trastorno experimentan depresión y otros problemas psicológicos que pueden mejorar con tratamiento.

El tratamiento convencional es complejo y obliga a combinar modalidades terapéuticas:

•    Terapia basada en ejercicio físico: Están contraindicados tanto el ejercicio excesivo, porque produce un estado de fatiga y dolor, como la permanencia en la cama, ya que agrava toda la sintomatología.

•    Terapia cognitiva-conductual (TCC): La psicoterapia tiene que ser considerada imprescindible para el tratamiento de estos pacientes. Si bien no tienen una eficacia muy alta ni modifican la evolución de la enfermedad, sí mejoran la calidad de vida del paciente.

•    Tratamiento farmacológico:  encaminados a aliviar los síntomas específicos. Los pacientes se muestran hipersensibles a los fármacos, en especial lo que afectan el sistema nervioso central, por ello, la estrategia consiste en comenzar con dosis muy bajas que se irán aumentando gradualmente según la necesidad. La utilización de antidepresivos o psicofármacos en general, no ha demostrado efectividad de no existir una comorbilidad clara asociada a la enfermedad, razón por la que deben desaconsejarse.

Otras terapias: Las técnicas de relajación y reducción del estrés pueden ayudar a manejar el dolor crónico y la fatiga. Las técnicas de relajación abarcan:

•    Ejercicios de respiración profunda.
•    Hipnosis.
•    Terapia con masajes.
•    Meditación.
•    Técnicas de relajación muscular.
•    Yoga.

Dieta: Se recomienda evitar o reducir la ingesta de: Azúcar concentrado (sacarosa, miel, glucosa), alcohol, cafeína y cualquier alimento al que se sospeche alergia.

Complementos alimenticios recomendados:

B-Complex con Vitamina C (Terranova):

Promueve la salud del sistema nervioso y ayuda a contrarrestar la fatiga. El ácido pantoténico se considera la vitamina anti-estrés por su efecto sobre las glándulas suprarrenales.

Proporciona el espectro completo de vitaminas B, además de colina e inositol, junto con vitamina C, y el Complejo Magnifood con ingredientes botánicos que trabajan en sinergia con estos nutrientes. Si bien la mayoría de los suplementos de complejo B incluyen formas poco biodisponibles de ácido fólico y vitamina B12, esta fórmula contiene L-metilfolato de calcio y metilcobalamina.

*La colina es un nutriente crucial para la energía, el metabolismo y la concentración mental y la salud cardiovascular.
*El magnesio y la vitamina C apoyan la función suprarrenal. 
Aporta calcio que interviene en la regulación del balance energético.

*Plantas adaptógenas como la rodiola, eleuterococo y aswagandha que van a apoyar una función mental y un sistema nervioso saludable.
*Plantas como la avena, la alfalfa y el perejil, ricas en nutrientes, principalmente vitaminas del grupo B y minerales como el potasio, zinc y magnesio, que son los nutrientes que se agotan con más rapidez durante periodos de estrés.

Citrato de Magnesio:

  • El magnesio regula la función de los músculos y el sistema nervioso.
  • El magnesio ayuda a disminuir el cansancio y la fatiga.
  • El magnesio contribuye al funcionamiento normal del sistema nervioso y de los músculos.
  • El magnesio contribuye al mantenimiento de los huesos y de los dintes en condiciones normales.
  • El magnesio contribuye a la síntesis proteica normal y a la función psicológica normal.
  • El magnesio contribuye al proceso de división celular.
  • El magnesio contribuye al equilibrio electrolítico y al metabolismo energético normal.
  • El magnesio es necesario para poder realizar correctamente múltiples funciones corporales a nivel energético: en el sistema muscular, en la producción de energía de la glucosa y en el funcionamiento del cerebro. La fatiga, cansancio, estrés, debilidad, calambres musculares, o hasta insomnio, son algunos de los síntomas debidos a una falta de magnesio en el organismo.

Triptófano :

El aminoácido esencial menos abundante en los alimentos, triptófano, es un neurotransmisor que interviene en una cadena de interacciones cerebrales que estimulan y regulan nuestro estado de ánimo y los patrones de sueño. El 5-HTP se extrae de las semillas de la planta africana Griffonia simplicifolia y es un compuesto derivado del triptófano cuya suplementación se considera más potente y eficaz que la del propio aminoácido.
Sirve para potenciar la producción de serotonina y melatonina, especialmente en situaciones de estrés. También puede ser beneficioso en casos de insulino- resistencia y deficiencia de vitamina B6 o de magnesio. Por ello es eficaz para elevar el estado de ánimo.

Wintervits:

Es un complemento alimenticio que contiene una completa asociación de plantas, vitamina C, zinc y própolis, en una equilibrada fórmula que permite un óptimo mantenimiento de nuestro organismo cuando nuestras defensas están disminuidas.  Especialmente formulado combinando los nutrientes más conocidos para el apoyo inmunológico. Combina los beneficios del hongo Maitake, junto la planta Astrágalo, con nutrientes como la vitamina C y el mineral Zinc, e incluye asimismo los flavonoides Rutina y Quercitina, y un extracto de Própolis. Todo ello le convierte en el aliado perfecto para nuestro sistema inmune.Incrementa la resistencia frente a situaciones de debilidad y de enfermedad, combatiendo la fatiga y el estrés.

Equinácea :

(Echinacea angustifolia, Echinacea purpurea) (HealthAid): Los estudios han demostrado que la equinácea aumenta la capacidad del sistema inmunitario para luchar contra los virus (ciertos virus se asocian con la encefalomielitis miálgica). La equinácea potencia la inmunidad a través de varios mecanismos: aumenta la producción de leucocitos (cuando sus niveles están bajos), activa los leucocitos (como los macrófagos, las células Natural Killer y los linfocitos T), aumenta la producción de varios compuestos inmunoestimulantes (interferón), activa la ruta alternativa del complemento (lo que acelera la migración de los leucocitos a las áreas de infección) y reduce los niveles de hialuronidasa (un compuesto que permite que la infección se extienda). Precauciones: Es aconsejable intercalar cortos periodos de descanso, o rotar el uso de la equinácea con otros estimulantes inmunes si la duración del tratamiento es mayor de varias semanas.
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Omega 3 : Estos compuestos ayudan a mejorar el cuadro clínico y a normalizar el perfil fosfolipídico de la membrana de los hematíes en los pacientes con fatiga tras un síndrome vírico.

L-Carnitina : Esencial para el transporte de los ácidos grasos de cadena larga a través de la membrana mitocondrial.

Potasio y Magnesio: La investigación ha demostrado que entre un 75-91% de los pacientes con fatiga experimentan una mejoría significativa con la suplementación  de potasio y magnesio. Las deficiencias de estos minerales pueden conducir a fatiga.